sábado, 19 de marzo de 2016

Kinematope [paisaje técnico] en la Fundación Telefónica

Reportaje completo en www.emiliotenorio.com

Kinematope [paisaje técnico] es la instalación que Pablo Valbuena ha desarrollado especialmente para una de las salas de exposiciones del Espacio Fundación Telefónica (que por primera vez desde su apertura se muestra totalmente diáfana). Un circuito de luz y sonido recorre el falso techo de la galería delineando los trescientos metros de cableado que distribuyen la electricidad de la sala y resultan vitales para su uso y funcionamiento.

La intervención revela un paisaje de instalaciones que, a pesar de su relevancia funcional, se encuentra oculto a la vista del espectador. Como explica el crítico Pau Waelder “Los sistemas que definen las condiciones de la sala (iluminación, conectividad, temperatura), ocultos en el techo, se hacen presentes en las sombras proyectadas por la estructura de LEDs y altavoces que dan forma a la obra. Sombras y luces dibujan espacios y volúmenes efímeros en las paredes y columnas a medida que luz y sonido se desplazan por la sala, siguiendo patrones de movimiento y ritmos cambiantes”.
En esta nueva creación, Valbuena logra subvertir de nuevo los elementos arquitectónicos. No solo dirige nuestra atención hacia aquello que suele permanecer oculto sino que, en lugar de utilizar como es habitual la sala a modo de mero contenedor para exponer obras artísticas, ésta se convierte en la obra en sí misma. De nuevo en palabras de Waelder, “al entrar en la sala no existe otra posibilidad que la de situarse en el interior de la obra”.
Como es frecuente en la obra de Valbuena, el artista hace coincidir el espacio que está realmente, con el espacio virtual que él genera. Conviven de este modo dos capas de significado aparentemente contrarias en un mismo espacio vacío: la permanencia y la solidez de la arquitectura con lo efímero y etéreo de la luz, lo material con lo inmaterial, lo real y lo digital, lo estático y lo dinámico, etc. Al cabo, Valbuena proyecta un nuevo espacio que transita por encima del ya existente y que, lejos de construirse con materiales físicos, se fundamenta en la percepción. “Considero que no trabajo en el espacio físico, sino en el mental del espectador”, comenta.

Sin duda, la palabra kínêma nos remite también al cine, una referencia constante en la obra de Pablo Valbuena: “el cine te integra en otra realidad espacio-temporal que no es real pero se siente como tal”. Del mismo modo que la ficción cinematográfica, sus obras nos sumergen a través del uso de la luz en un espacio y un tiempo que, a pesar de ser intangibles, nos parecen reales. Como apunta Waelder, “Kinematope no se limita a mostrar un lugar diferente en una pared de la sala, sino que hace de la propia sala un espacio diferente a sí mismo por medio de las ilusiones que genera”. En ese sentido, las paredes, el suelo y el techo de la sala conforman una especie de pantalla tridimensional inmersiva que trasciende la experiencia bidimensional del cine.

En definitiva, Valbuena nos brinda la posibilidad de ver como nunca antes la sala de este icónico edificio construido en 1929 como sede de Telefónica. La luz, algo en lo que no reparamos normalmente, un elemento que no deja huella, que no mancha, se convierte aquí en la herramienta que utiliza el artista para abrirnos la posibilidad de experimentar el espacio de un modo totalmente distinto. Como si la luz lo transformase e hiciera aflorar a la realidad aquello que normalmente no somos capaces de apreciar, el observador es transportado a un espacio y tiempos virtuales, manteniendo a la vez lo real.

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